De todas las proteínas animales existentes, la carne de cerdo es la más consumida a nivel mundial. Si bien no forma parte de la dieta de una parte importante de la población por motivos religiosos -principalmente musulmanes, hindúes, judíos y adventistas-, en 2018 la carne de cerdo representó el 42,9% del consumo mundial.
El pollo fue 34.6% y la carne de res 22.5%. Los datos son de DEPEC - Departamento de Investigación y Estudios Económicos de Bradesco, con datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), en una encuesta publicada en 2019.
producción porcina
En ese año, en total, el mundo produjo 117 millones de toneladas de proteína. De ese volumen, Brasil participó con 3,75 millones de toneladas.
El país es ahora el cuarto mayor productor y exportador de proteínas del mundo, solo por detrás de China, la Unión Europea y Estados Unidos.
Para el USDA, al publicar sus últimas proyecciones, la producción de carne de cerdo en 2020 aumentará en 3,5%, impulsada por la demanda récord de exportación, que aumentará a 15% este año.
Pero un nuevo factor también aprovecha la cría de cerdos en el campo: cambio en el gusto brasileño (y en la mesa)
Consumo de carne de cerdo brasileña
El consumo nacional promedio ronda los 15,6 kg/per cápita/año, según DEPEC. Aunque es similar al global, está lejos del volumen consumido por China y Hong Kong, o incluso la Unión Europea. En estos lugares, según datos del National Pork Board en 2015, el consumo superaba los 40 kg/año por persona.
En Estados Unidos y Rusia, grandes productores y exportadores de proteína, el consumo es de 29,2 kg/año y 21,2 kg/año, respectivamente.
Según datos de la Associação Brasileira de Proteína Animal, el consumo interno está aumentando: en 1996 era de 11,6, pasando a 15,1 en 2016, alcanzando los actuales 15,6 kg/año.
Aun así, la proteína de cerdo es la tercera preferida por los brasileños. El pollo es el más consumido (42 kg/año per cápita), y la carne vacuna ocupa el segundo lugar (30,7 kg/año per cápita).
Para el directorio de la Federación de Agricultura y Ganadería del Estado de Santa Catarina (FAESC), un conjunto de factores aún hacen de esta proteína un producto impopular para el consumidor brasileño. Uno es el tema del clima. Los países con climas más fríos tienden a consumir más carne de cerdo.
Otro punto es la cultura. Eso explica por qué en Santa Catarina, fuerte en la industria porcina, el consumo de proteínas está por encima de la media del país, con alrededor de 24 kg/año por persona.
Pero quizás el factor principal, para la Federación, sea el prejuicio. Durante mucho tiempo, el consumo de carne de cerdo se asoció con la obesidad y la enfermedad.
